Reflexiones de una examinadora

Yo empiezo a estar cansada de tanta agresión y no es mi reivindicación principal. Como dice el compañero quiero que se reconozca que existe un peligro muy real a ser agredidos, tanto física como verbalmente, peligro a tener accidentes. 

Quiero que se reconozca que con cada frenazo mi espalda sufre micro lesiones que me están pasando ya factura. 

Que me presionan cada vez que un profesor te deja caer o te dice directamente a éste alumno se le va a caducar el teórico, este otro se va a estudiar fuera y miles de historias personales que son muy respetables pero que te las quieren cargar sobre tus espaldas. 

Quiero que se me reconozca mi preparación específica, que se me considere un cuerpo técnico ya que para nada hago funciones de los cuerpos generales, ni puedo competir con ellos, ya que por mi puesto de trabajo no tengo ni tan siquiera experiencia en manejo de procesadores de textos. 

Quiero que se me reconozca que en la pista paso frío o calor y si hace viento me toca pelearme con los exámenes para que no se vuelen y poder escribir la calificación. Y es que yo no tengo un puesto de trabajo con una mesa , silla giratoria, reposa pies, teléfono, aire acondicionado, una fuente con agua potable , un office con microondas, un aseo para poder ser a mi antojo.... Yo, no puedo ni tan siquiera pasarme bebiendo agua porque luego no tendré un baño a mano. 

Pero no quiero cambiar de trabajo, a pesar de todo ésto mi trabajo me gusta y por eso quiero hacerlo bien y para eso entre otras cosas necesito más tiempo. Necesito tiempo para tranquilizar a ese alumno nervioso, para hablar con el profesor de mil cosas que ellos nos plantean, tiempo cuando el intercomunicador no funciona, cuando hay que arreglar los pedales del profesor, cuando estás en un atasco, cuando los alumnos no siguen tus instrucciones, cuando te suspenden a 15 minutos de donde tienes el siguiente alumno... y mil historias más que pasan a diario.

ALMERÍA